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Alta Gracia: tierra de inmigrantes

En los últimos 20 años, nuevas personas provenientes de distintos países ingresaron en Argentina, que desde siempre estuvo formada por inmigrantes.

El país ha recibido a nuevas personas que llegaron, posteriormente, desde aquella primer gran ola de inmigrantes a principios del siglo XX. La mayor parte de ellos emigró del país que los vio nacer por motivos económicos, huyendo de la pobreza, buscando acceso al trabajo , o en casos más críticos, por cuestiones de supervivencia.

Alta Gracia ha sido un gran refugio para aquellos que llegaron decididos a apostar por una mejor calidad de vida o simplemente para quienes arribaron persiguiendo un gran amor.

Las diferentes situaciones personales obliga a los inmigrantes a dejar su país y su familia, y en tal caso, la ciudad del Tajamar es para muchos un mejor lugar para vivir.

“Yo ya perdí las esperanzas. La gente se levanta a sobrevivir”

Eimely llegó a Argentina hace tres años, primero residió en la capital cordobesa y luego se mudó a Alta Gracia por cuestiones laborales. Nacida en la ciudad La Victoria, provincia de Aragua, Venezuela nos dijo “Me encanta Alta Gracia, es muy parecida a la ciudad en la que yo vivía, así que me encantó la idea de vivir acá.”

“Fue bastante difícil adaptarme las nuevas costumbres y todavía me cuesta, más ahora en estas épocas de fiestas que uno está acostumbrado a estar rodeado de la familia” comentó.

La falta de comida y salud fue lo que llevó a Eimely y a su esposo a tomar la decisión de dejar Venezuela: “Al principio estábamos muy arraigados y no queríamos dejar Venezuela, pero ver a las personas haciendo cola para comprar comida y la inseguridad nos llevaron a abandonar nuestro país” y agregó: “Me gustaría volver a mi país. Dejar Venezuela es una decisión difícil que no se toma de la noche a la mañana”.

«Es un gobierno que destruyó a la gente»

La crisis social del régimen de Maduro obliga a muchos ciudadanos a emigrar y eligieron venir a Argentina: “Veo mal la situación de mi país, yo me vine hace tres años y todavía las cosas no estaban tan difíciles como ahora. Mi familia vive allá y nos comentan que la poca comida que hay está muy cara”. “Estoy 100% en contra del Gobierno de Venezuela. Es un gobierno que destruyó al país en todas sus facetas y destruyó a la gente” sostuvo.

Frente al cambio de gobierno argentino, iniciaron las comparaciones entre Argentina y Venezuela, sobre esta situación, Eimely dijo: “Es una comparación extremista pensar que Argentina podría llegar a ser como Venezuela, y si en algún momento se ve que Argentina va encaminada a ser como Venezuela, hay que actuar para que no suceda”.

“Yo ya perdí la esperanza porque han pasado tantos políticos y todo termina en lo mismo. No creo que se vaya a solucionar, siento que todos se burlan de los venezolanos. Hay gente que se ha reinventado y tiene cuatro trabajos para poder vivir, pero hay gente que la pasa muy mal. La gente se levanta todos los días a sobrevivir” finalizó Eimely.

“Mi familia en Venezuela sobrevive día a día”

Edvier llegó a la ciudad del Tajamar hace un año y 9 meses: “Cuando salí de Venezuela traté de no traer ningún tipo de prejuicio. Yo no investigue nada, ni del lugar al que venía, ni cómo eran las personas, para no traer ninguna idea preconcebida. Pero realmente fue una sorpresa grata, la amabilidad de la gente la solidaridad”.

“No me gustaría volver a Venezuela en las condiciones en las que está. Aun cambiando la situación política del país, yo esperaría entre 2 a 5 años para que las cosas se encausen para que uno pueda estar allí. Las personas que están ahí se adaptaron a lo malo, eso no es vida. Hoy en día Venezuela está para atrás” lamentó.

Al igual que Eimely, sostuvo: “Argentina está lejos de llegar a las condiciones en las que está Venezuela. Quizás Argentina esté actualmente en retroceso, pero no está ni cerquita de lo que está Venezuela”.

Mi familia en Venezuela sobrevive día a día. Es supervivencia constante. Mi hermano trabaja por su cuenta, pero hay semanas en las que recibe ingresos y semanas en las que no. Junto a mi hermana, que vive en Paraguay, le enviamos a mi mamá algo de dinero para que se pueda mantener” comentó Edvier sobre la situación que atraviesa su familia en Venezuela. Y agregó: “Esto va de mal en peor. Esto mejora ni cambia, ese es el mensaje que yo recibo de mi familia”.

“Los venezolanos están ansiosos de regresar a su país. Tenemos voluntad de llegar a reconstruir y recuperar nuestro país, esa es la única esperanza que tenemos” finalizó.

“Me ató el corazón el poder de la cordobesa”

Antuan llegó desde Francia a Argentina en 2007: “Vine de paseo y conocí a mi señora. No fue una decisión muy pensada, fue a puro corazón. Me ató el corazón el poder de la cordobesa”.

Sobre su llega a Alta Gracia, el dueño de L’EPICIER almacén gourmet, comentó que “la gente es muy amable, les gusta que haya personas de afuera. No sé si de todas partes, pero al menos con los franceses el trato siempre fue muy cordial”.

“Las costumbres son distintas pero no tan diferentes a las costumbres europeas, así que no fue tan difícil adaptarme. Si bien hay cosas distintas, creo que si uno está dispuesto a adaptarse, no es tan complicado” comentó Antuan.

Sobre la situación política-económica que atraviesa su país, dijo: “Hasta la gente que trabaja no llega a fin de mes, entonces eso significa que algo no va como debería”.

“Mi familia vive en un pueblo chiquito sobre la costa del sudoeste, así que están un poco apartados de la situación que atraviesa el país. Así que por suerte ellos están bien” sostuvo.

 Desde su visión sobre Argentina, Antuan afirmó: “Actualmente Argentina atraviesa una situación económica en donde es más para menos y poco para muchos”.

“Sentí mucha discriminación con mis hijos”

Eli y su familia son parte de la sociedad de Alta Gracia desde 2013, año en el que llegaron desde Bolivia. Sobre su llegada  a la ciudad, comentó: “Gracias a Dios en Argentina nos acogieron muy bien.  Al principio nos costó, pero nos abrieron las puertas muy buenas personas”.

“Me costó adaptarme a las costumbre y a la gente. Es difícil no tener a la familia en un país que es diferente al de uno. En mi país nos saludamos siempre con un ben día y buenas tardes, acá no sucede lo mismo. Acá te miran raro, pero uno se va acostumbrando” comentó.

“Al principio sentí mucha discriminación para con mis hijos en el colegio, pero como en todos lados hay personas buenas y personas malas”.

Durante los ultimo meses Bolivia estuvo bajo la atenta mirada publica debido a la crisis política que terminó con la renuncia de Evo Morales: “La situación de mi familia en Bolivia está mal, bastante complicada. Cada uno trata de salir adelante como puede. Yo trato de mandarle algo de dinero a mi madre pero ya no es el mismo ahorro de antes”. Y agregó: “Argentina no está como cuando yo llegué, a lo mejor la situación cambia, pero eso lo va a saber quiénes estén a cargo del país”.

«A mi me insultaron por mi color de piel»

Joseph llegó a Alta Gracia en 2004 por cuestiones laborales. Sin embargo, arribó mucho antes a la provincia de Córdoba persiguiendo el amor que había conocido en su país, Costa de Marfil: “Llegué a Córdoba, me casé y de ahí fuimos a vivir a Bialet Masse. Me costó adaptarme, no fue fácil cuando uno vive en un lugar que no es suyo”.

“Fue muy difícil tomar la decisión de dejar mi país. Yo nací en una época muy tradicionalista y las tradiciones te atan. Además pesa mucho la influencia y la presencia de los padres para con los hijos. Mi mamá no quería que deje mi país. Ella me decía ‘¿Cómo te vas a ir a vivir con los blancos? ¿Cómo te vas a casar con una blanca? Te tenés que quedar acá’. A ella le costó entender mi decisión, lloró mucho. No fue fácil cortar con mis raíces” relató.

Joshep es profesor de inglés en la escuela Alicia Moreau: “Yo no llegué a Argentina en busca de un mejor futuro, yo llegue porque encontré el amor”. Actualmente el profesor se encuentra atravesando su divorcio: “Mi deseo es volver a mi país y vivir allá, pero tengo cuatro hijos con mi ex mujer y yo quiero que ellos estén bien. Cuando crezcan y puedan volar solos, me gustaría poder regresar”.

Sobre su llegada al país, dijo: “La discriminación y la falta de respeto es permanente, a mí me han insultado por mi raza y mi color. Cuando llegue a Córdoba fui a buscar trabajo a una escuela en Cosquín, pero me dijeron que no me tomaron porque tenían miedo que mi color de piel impacte en los niños”, y agregó: “Parte de la discriminación viene de la ignorancia en la gente”.

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