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Aniversario 143° del nacimiento de Manuel de Falla

Falla

Un 23 de noviembre de 1876 nacía en Cadiz, Manuel de Falla. Es por esto que decidimos recordarlo a través de Nadia Lacina, administradora superior del museo dedicado al músico y compositor.

Hoy se conmemora el 143° aniversario del nacimiento del gran compositor Manuel de Falla. Indiscutiblemente fue considerado uno de los mejores músicos del sigo XX, Falla decidió pasar sus últimos días de vida en la ciudad de Alta Gracia. De esta forma y en honor a su aniversario, decidimos entrevistar a Nadia Lacina quien está a cargo del Museo Manuel de Falla. Ubicado en la calle Pellegrini, el recinto recibe a cientos de turistas interesados en conocer el último lugar que acogió al genio musical. Seguidamente, Lacina retoma las historias, anécdotas y vivencias de Falla y nos las cuenta en las siguientes líneas.

La llegada de Falla a la Argentina

El músico llegó el 18 de octubre de 1939, vivió en Buenos Aires unos meses pero como sufría de Tuberculosis, su salud desmejoraba. Por esto, los médicos le recomiendan venir a las Sierras de Córdoba.

Vive  un año en Carlos Paz y  un año y medio en Villa del Lago. Pero buscando mejor clima y más tranquilidad, llega a Alta Gracia en 1942  y alquila el Chalet Los Espinillos. Lugar  que más allá de  haberlo cobijado a Falla durante los últimos 4 años de su vida, había sido construida por Ángel Gallardo, ministro de Relaciones Exteriores de la Nación del Presidente Marcelo T. de Alvear. Esto también la haría una casa especial desde sus orígenes.

Chalet Los Espinillos, Alta Gracia
Chalet Los Espinillos, Alta Gracia

Su influencia en la ciudad

Manuel de Falla era un personaje mundialmente reconocido. Cuando llegó a nuestro país, los titulares de los diarios decían “Llega a la Argentina el mejor músico del mundo”. Así era considerado en esa época y tenía fanáticos de todo el mundo.

Las radios pasaban cuatro veces al día –por lo menos- su música.

A partir de su muerte en Alta Gracia, en todas las biografías del mundo, en los diarios y las radios, ya empezó a sonar ‘Alta Gracia’. Y eso también fue muy importante. Más allá de la persona y el genio que era.

Registros fotográficos.

¿Falla dio clases en este lugar?

Él no era profesor. Tuvo solamente dos discípulos en su vida, uno en composición que fue Ernesto Halffter y otro en piano, que es el Dr. Juan Alberto Montamat. Él cuando tuvo 12 años venía  y tocaba una sonata de Mozart y Falla lo corregía. Falla era muy vehemente con la música, tenía u oído muy sensible y ya a esa altura era muy exigente. Pero era muy buena persona, muy generoso.

Esos fueron los únicos dos discípulos de Falla.

Si vino a consultarlo algunas veces Carlos Guatavino, compositor argentino, que estaba preparando una sonatina y vino a mostrársela a Falla. Posteriormente, mantuvo algunas correspondencias; las cuales tenemos en el museo.  

¿Cómo describirías a Falla?

Diría lo que dijo Conchita Badía “yo no sé qué admirar más en Manuel de Falla, la música o la persona” En ambas cualidades era una bellísima persona. Fue excelente músico y excelente persona.

¿Qué les dirías a los turistas que todavía no visitaron el Museo Falla?

Les diría que es la casa donde vivió y murió Manuel de Falla y que si bien el cuerpo de Manuel de Falla fue embalsamado y llevado a España, sepultado en la cripta en Catedral de Cádiz, en esta casa quedó impregnado su espíritu. Se lo ve en sus objetos personales, en las fotos, en los homenajes. Tenemos el piano original. Todas esas cosas se conservan y muestran el espíritu del maestro.

Los inicios de una vocación

Nadia está al frente del Museo Falla desde hace 15 años.Cuando yo era chica, venía y le ayudaba a la señora encargada y cuando terminaba el concierto, apagaba la luz, guardaba las sillas, y mientras iba ayudando yo pensaba ‘Cómo me gustaría vivir en esta casa’. Entonces hay que tener cuidado con lo que uno desea”, bromea la encargada del museo.

Ante la pregunta de cómo se preparó para ocupar el cargo, Lacina nos dijo: Tuve que leerme toda la bibliografía, me estudié toda la obra, miré las partituras, los manuscritos de él. Fueron muchas las cosas que descubrí en estos años”. Y además agrega que –como en todos los ámbitos de la vida- “todos los días aprende algo nuevo”.

‘La Tuberculosis’, algo de lo que no se hablaba

Entre los datos que más le llamaron la atención sobre Falla, se encuentran sus amores, su devoción y su enfermedad. “Hasta hace poco nadie mencionaba la palabra tuberculosis. En sus biografías, no hay ninguna que hable de su enfermedad. A partir  de cierto momento, cuando empezamos a tener pruebas que era tuberculosis, empezamos a hablar. Porque el museo no puede permanecer como una capsula encerrada y no darle nada a la comunidad; entonces asumimos la función educativa también”

De devoción y amores

En cuanto a los amores del músico,  Lacina descubrió que tuvo sólo dos amores en su vida. “Acá encontramos las cartas dirigidas a su consejero espiritual, hablando de su amor frustrado por su prima y después de otro amor frustrado por una mujer casada y mayor que él. El primer amor fue a los 17 años hasta los 27  y después a los 38 años aproximadamente. Después hizo votos religiosos de castidad”.

La devoción de Falla, también fue un dato que le llamó la atención. “Investigué y me enteré que pertenecía a la Guardia de Honor de María del Rosario Perpetuo, que es un grupo social que se dividen los 365 días del año, las 24 horas del día, para rezar el rosario. Cada 15 minutos uno empieza a rezar. Él y su hermana pertenecían a esa comunidad. Por eso es que tenía dos relojes, uno con la hora de España –que era el horario para rezar- y otro con la hora de Argentina. Era muy religioso”, finalizaba Lacina.

Las devociones de Falla.

Mirá las actividades planificadas.

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