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Salud

Ansiedad y estrés, afecciones del siglo XXI

Los casos asociados a la ansiedad y el estrés están en aumento. Actualmente las personas tomaron mayor conciencia sobre la importancia de la salud mental, debido a esto, los padecimientos que antes se consideraban normales y tolerables ahora son reconocidos como claro motivo de consulta profesional.

Detrás del aumento de consultas por trastornos de salud mental se encuentran padecimientos como el estrés  y la ansiedad. Ambas afecciones no son exactamente sinónimos, ya que la frecuencia y gravedad de la primera puede devenir en la segunda.

La ansiedad y el estrés se volvieron tendencia durante los últimos años y suelen estar relacionadas al afán del día a día. Vivir alterados, corriendo, bajo la presión del trabajo o del estudio, son algunos de los factores que colaboran a desencaderan estos padecimientos que nacieron en el siglo XXI.

AG Noticias tuvo la posibilidad de  dialogar con la psicóloga Zahira Karam, quien nos explicó que el estrés es un proceso que se pone en marcha cuando una persona percibe «una situación como amenazante o desbordante de sus recursos.» A menudo los hechos que desencadenan este proceso son los que están relacionados con cambios o que exigen un esfuerzo extra por parte del individuo, poniendo en peligro su bienestar personal.

“Socialmente el concepto de estrés tiene una connotación negativa y patologizante. Sin embargo la presencia del mismo genera recursos que  fortalecen a las personas e incrementa el éxito sobre la situación que generó tal estado” sostuvo la profesional.

Si no se tienen las herramientas para afrontar el estrés, puede desencadenar en trastornos como: ansiedad, ataques de pánico, ansiedad generalizada, desarrollo de obsesiones o  depresión.

Asimismo, nos explicó que la ansiedad es una emoción natural, como la alegría o la tristeza. Al igual que el estrés, surge ante situaciones amenazantes: “La reacción emocional puede manifestarse en el nivel cognitivo, fisiológico y motor. Por ejemplo, si una persona está por rendir un examen puede presentarse la ansidad de la siguiente forma: desde el nivel cognitivo el sujeto piensa que le va a ir mal; fisiológicamente le sudan las manos o siente taquicardia; y desde el aspecto motor este lo puede manifestar a través de los movimientos continuos de la manos o mordiéndose las uñas”.

1 de cada 4 argentinos sufre un padecimiento mental

A lo largo de la última década, la ansiedad se convirtió en la primera enfermedad mental, por delante de la depresión. Los especialistas concuerdan en que es una afección del siglo en el que vivimos. Por tal motivo, el diagnóstico de Trastornos de Ansiedad Generalizada (TAG) creció exponencialmente. “En Argentina, una de cada cuatro personas han sufrido algún tipo de padecimiento mental a lo largo de su vida” afirmó la profesional.

Karam sostuvo que “la ansiedad y estrés son afecciones esperables. El problema es cuando se mantienen en niveles altos, por tiempo prolongado y de forma persistente. Cuando esto sucede empieza a modificar –de manera negativa- la vida de una persona, ya que la misma genera recursos para preservarse ante situaciones  que no conllevan un peligro real. Por ejemplo: comienzo a aislarme y a quedarme en casa debido a que me puede pasar algo si salgo”.

Dichos padecimientos no son necesariamente factores que desencadenen un trastorno mental, a no ser que se presente de manera persistente y prolongada. “No hay causas específicas que puedan generar estrés o ansiedad en las personas, ya que un mismo evento puede ser estresante para una persona pero no para otra” comentó Karam.

Ante la consulta sobre los motivos que desencadenan posible síntomas de ansiedad, Karam planteó que algunos factores de riesgo pueden ser familiares con antecedentes de trastornos mentales; factores de personalidad – aquellas personas con mayor vulnerabilidad-; dificultad en el aprendizaje; o factores sociales -exigencias, reglas y mandatos-.

“El tratamiento del estrés y la ansiedad es depende del contexto especifico a cada persona. Me parece de suma importancia que las personas pidan ayuda psicológica cuando sienten que estas afecciones comienzan a dificultar la cotidianidad de su vida”.

Salud mental

Desde el marco de la Ley N° 26.657, la salud mental refiere a un proceso determinado por factores históricos, socio-económicos, culturales, biológicos  y psicológicos. La preservación de la misma implica una construcción social vinculada a los derechos humanos y sociales de la persona.

“Si tenemos en cuenta este concepto podríamos notar que las crisis sociales y económicas generan contextos de mayor vulnerabilidad y exigencia para los individuos. Esto lleva a que todo recaiga sobre la persona y este se encuentre en constante amenaza generando mayor estrés y sensación de soledad” explicó la psicóloga Karam.

«La salud mental no es cosa de locos»

Los padecimientos mentales son muy comunes, es importante romper estigmas referidos a la salud mental. No es cosa de locos, es cosa de todos. Hay que derribar el mito que plantea que aquellas personas que sufren estos padecimientos son peligrosas”.

En el contexto de los esfuerzos nacionales por desarrollar y aplicar políticas relativas a la salud mental, es esencial, no solo proteger y promover el bienestar mental de los ciudadanos, sino también satisfacer las necesidades de las personas con trastornos de salud mental.

Debemos dejar de aislar a las personas con padecimientos mentales, ya que al ser más aislados, más sufren. Podemos hacer referencia a la película The Joker, que muestra como el personaje acrecienta los síntomas a medida que lo rechazan, dejándolo solo y sin tratamientos pertinentes”.

Las políticas nacionales de salud mental no deben ocuparse únicamente de los trastornos mentales. También deben reconocer y abordar cuestiones más amplias que fomentan la salud mental como la incorporación de la promoción de la misma a las políticas y programas de los sectores gubernamental y no gubernamental. Además es esencial la participación de los sectores de la educación, el trabajo, la justicia, el transporte, el medio ambiente, la vivienda o la asistencia social.

Un ambiente de respeto y protección de los derechos civiles, políticos, socioeconómicos y culturales básicos es fundamental para la promoción de la salud mental. Sin la seguridad y la libertad que proporcionan estos derechos resulta muy difícil mantener un buen nivel de salud mental.

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