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Australia: de la sequía y los incendios a la lluvia torrencial y el granizo

Tras los incendios que quemaron gran parte de Australia, el pasado viernes comenzó a llover manera torrencial en algunas regiones del país.

El sábado, se registraban en Australia 88 focos de incendio frente a los 120 que había hace algunos días. Así lo confirmó un portavoces de los servicios de bomberos de Nueva Gales del sur, la región más afectada por los incendios.

Las feroces tormentas arrasaron en Canberra -capital del país-, acompañadas de granizo del tamaño de pelotas de golf. Múltiples autos quedaron abollados, y las ventanas de los edificios se rompieron. Más de 1.000 casas se quedaron sin electricidad.

Se cree que se trata de la peor inundación de los últimos 15 años. Los fenómenos climáticos extremos —incendios e inundaciones— se han cobrado la vida de al menos 29 personas.

Victoria, Nueva Gales del Sur y Queensland, tres de los estados más afectados por la sequía y los incendios forestales, se enfrentan ahora a la lluvia torrencial en varias zonas.

Durante la última semana el estado australiano de Nueva Gales del Sur desplegó helicópteros para lanzar más de dos toneladas de verduras para los animales hambrientos. El objetivo es “promover la supervivencia y recuperación de especies en peligro de extinción”.

Los incendios en Australia iniciaron en septiembre y arrasaron una superficie de más de 8 millones de hectáreas. Se calcula que 480 millones de animales salvajes murieron como consecuencia del fuego.

En 2019, Australia estableció dos veces un nuevo récord de temperatura. El 17 de diciembre se alcanzó un máximo promedio de 40,9ºC, y al día siguiente 41,9ºC.

nakasone