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Editorial

Cuando una buena noticia es la mejor noticia del día

Cuando una buena noticia es la mejor noticia del día

Hay historias en el día a día que nos revelan que atrás del funcionario o del agente público hay una persona. Con sentimientos, con miedos, con flaquezas, pero también con una vocación de servicio y de humanidad que vas más allá de su función específica o de un uniforme de trabajo.

Y una de estas historias es la que les tocó vivir a algunos de los empleados que cumplen funciones en Seguridad Ciudadana de nuestra ciudad. La crónica -que en otro contexto podría encuadrarse en la página de policiales- en este caso va mucho más allá y se adentra en lo humano, en lo social si se quiere.

Vamos al hecho. Era casi la hora del mediodía impiadoso de este jueves. El sol caía a plomo sobre las pocas personas que se aventuraban a caminar por las veredas de la ciudad. La térmica de 36 grados casi que obligaba a estar protegidos bajo un techo.

Fue cuando haciendo su recorrido habitual por el sector de un barrio de Alta Gracia, los tripulantes de un móvil de Seguridad Ciudadana se encontraron con un panorama en principio, triste. Una mujer mayor -luego se conocería que es extranjera- estaba en un estado de profunda angustia, llorando en la vía pública.

Fue cuando el agente público le dio paso a la persona. Sin dudarlo bajaron del móvil para socorrerla. La tristeza dio lugar a un panorama mucho más complicado cuando la mujer, envuelta en una crisis nerviosa, les hizo saber su decisión de quitarse la vida.

El personal de seguridad inmediatamente la contuvo, la persuadió que desistiera de su propósito, y la acompañó hasta su domicilio, a la vez que -a través de los vecinos- buscó contactarse con algún familiar. Aquí comenzaron a actuar otros protagonistas, los vecinos, que no dudaron a la hora de la solidaridad con la desafortunada mujer.

Finalmente, llegó a la casa el hijo de esta persona, con quien se cerró este capítulo, manifestando que le brindaría la atención médica y psicológica que necesitara, luego de haber llegado a esta situación extrema.

Varios protagonistas para una historia que definitivamente rayó mucho más en lo humano que en parte diario de accionar policial o municipal. Gente. Buena gente. Comprometidos más allá de su función, junto a otras buenas personas que decidieron que ser vecinos es más que vivir en la casa de al lado. Ojalá que la historia tenga un final feliz, y que podamos contarlo entre todos dentro de un tiempo. Seguramente habrá una historia íntima que subyace dentro mismo de este episodio, o que lo ha desencadenado. Eso, quedará en el plano personal, y poco le compete a esta crónica juzgarlo.

Por ahora, quedó ese lindo sabor a solidaridad que tanta falta nos hace por estos tiempos y que hoy sirvió, sin exagerar, nada menos que para salvar una vida.

Nada. Queríamos contarlo, nos pareció que no siempre la noticia más importante debe ser la mala noticia.

nakasone