Ayer miércoles, en ocasión de la sesión ordinaria del Concejo Deliberante, se produjeron interesantes cruces de opinión entre representantes de uno y otro bloques. El tema más debatido fue la salud pública.
No debiera ser una novedad y mucho menos una noticia que en el ámbito legislativo se debata. Pero la realidad indica que luego de un 2019 turbulento, plagado de «chicanas», golpes bajos, decisiones tomadas sin la más mínima discusión y hasta presentaciones judiciales, algo estaría cambiando.
Sin entrar en el terreno de quién es el supuesto dueño de la verdad, puede verse en este inicio del año legislativo una auspiciosa decisión de fundamentar a través de la discusión política cada una de las posiciones que se asumen.
Este miércoles, la Salud Pública estuvo en el ojo de la polémica.El bloque de Alta Gracia Crece presentó un Proyecto de Resolución sobre la situación de los dispensarios municipales, basado en un exhaustivo relevamiento realizado en los establecimientos de cada barrio. El proyecto fue respaldado por un fuerte discurso desde lo político, con base en lo observado.
Contrapunto de opiniones
«Las condiciones de los edificios son deplorables, las fotos presentadas en el informe lo demuestran. Además hay dispensarios que ni siquiera cuentan con un teléfono, en cuanto al personal muchos llevan bastante tiempo sin cobrar”, dijo la Concejal Amalia Vagni. A ello, agregó que «preocupa también la situación laboral del personal que trabaja en estos dispensarios».
Quien tomó la palabra a la hora del contrapunto fue Manuel Ortiz. El edil peronista no tuvo eufemismos a la hora del retruco. «Cuando fueron gobierno durante estos cuatros años desmantelaron la salud pública a Nivel Nacional. Desfinanciaron el programa médicos comunitarios de los cuales se hizo cargo el Gobierno Municipal, lo mismo con la salud sexual, no mandaban anticonceptivos de los cuales también se hizo cargo el Gobierno Municipal”. Ortíz agregó que «Nos haremos cargo de la situación de cada uno de los Dispensarios, porque así lo hicimos durante estos cuatro años donde el Gobierno Nacional desfinanció la salud pública».
Insistimos en este punto. Hay una vocación de debatir. Una sana vocación de hacerlo a la hora de las fundamentaciones. Y de hacerlo con altura Una práctica que parecía haberse perdido en la turbulencia de la politiquería de poca monta y pareciera haberse recuperado. Sin dudas, un muy buen síntoma para un sistema democrático que necesita imperiosamente debate de ideas, presentación de propuestas serias y toma de posiciones.
