AG Noticias
Crónicas al Voleo

El día que el hombre no llegó a la luna

El día que el hombre no llegó a la luna

Por Germán Tinti

 

En este mes de julio, con pocos días de diferencia, se cumple medio siglo de dos hechos que incidieron fuertemente en la historia de la humanidad: el hombre pisó por primera vez la luna y Chacarita salió campeón de Primera División.

Dejaremos la epopeya más increíble, aquella que se creía imposible y que ni siquiera imaginó Julio Verne (la consagración del funebrero) para que celebre su hincha más famoso y querido: Carlitos Balá, y nos ocuparemos del hecho que nos legó –tal vez como su más importante contribución a la civilización occidental– el día del amigo, esa maravillosa ocasión en que le mandamos un mensaje por whatsapp a un montón de gente que apenas conocemos y hace años que no vemos.

Y abordamos la llegada del hombre a la luna porque eso nunca ocurrió.

Al menos es lo que sostienen las numerosas teorías conspirativas que niegan la posibilidad que la misión Apolo 11 haya depositado a Neil Armstrong, Michael Collins y Buzz Aldrin en la superficie lunar y luego los haya sacado de allí para traerlos de nuevo a la Tierra.

Los primeros en negar toda posibilidad de que el alunizaje del 20 de julio de 1969 (y los que ocurrieron –o no– después) fueron los terraplanistas. Casi que no podía ser de otra manera.

El día que el hombre no llegó a la luna
La Tierra fotografiada desde la Luna. La breve exposición impide que queden registradas las estrellas.

La Flat Earth Society, una organización anglo-estadounidense fundada por Samuel Shenton en 1956, lanzó una de las primeras quejas sobre la veracidad de las misiones Apolo. Afirmaban que varias de las fotografías del Apolo 8 (primer vuelo tripulado que escapó de la gravedad terrestre) con la Luna en primer plano y la Tierra como fondo eran falsas. La primera y fundamental razón esgrimida por esta gente era que no se ajustaba al principio fundamental de su teoría: que la Tierra es plana.

Con respecto al alunizaje del Apolo 11 el 20 de julio de 1969 y las siguientes misiones, la teoría afirma que todos fueron filmados en un set cinematográfico secreto. La idea se propagó y popularizó en 1978, luego del estreno de la película de ciencia ficción Capricorn One, dirigida por Peter Hyams y que contó con la participación del recordado Telly Savalas y el infame O.J. Simpson, entre otras estrellas. La trama cuenta que cuando estaba por lanzarse la primera misión tripulada a Marte, la NASA nota defectos en el diseño de la nave que impedirían el éxito de la aventura, entonces decidió falsificar el aterrizaje en Marte antes que abortar la misión. Justo antes del lanzamiento del cohete, la tripulación es retirada de la nave y llevada a una vieja base militar en el desierto de Sonora. Allí se les dice que estuvieran de acuerdo o no, ellos tenían que filmar en un estudio de televisión la toma del descenso en Marte. Inicialmente ellos rehúsan, pero ante la amenaza de que sus familias serían asesinadas si ellos no colaboran, finalmente, aceptan.

Entonces a uno se le ocurrió decir –tal vez luego de un asado, cuando ya había empezado a correr el fernet– que eso había pasado con el temita de la luna. Y la joda quedó.

El día que el hombre no llegó a la luna
Buzz Aldrin y Neil Armstrong en un entrenamiento de la NASA. Los denunciantes de la conspiración argumentan que las filmaciones reales también se hicieron en un escenario como este.

Los motivos de este supuesto fraude global, mantenido en secreto durante décadas por las miles de personas que participaron en 10 misiones que escaparon a la gravedad terrestre, con 6 alunizajes, se centran en que existía un retraso de Estados Unidos en la carrera espacial que mantenía con la Unión Soviética, que se habían anticipado al poner en órbita al primer satélite artificial (el Sputnik en 1957), el primer hombre en el espacio y haber hecho el primer paseo espacial, en una época en la que Norteamérica sólo tenía para mostrar fracasos: el desastre de Bahía de Cochinos, el asesinato de Martin Luther King, la guerra de Vietnam, el asesinato de John F. Kennedy, el surgimiento de la Contracultura de los sesenta, etc.

La mayoría de los cuestionamientos exhiben supuestas explicaciones científicas, pero en general no tienen en cuenta un par de detalles fundamentales: la poca gravedad y la falta de atmósfera. Entonces el cuestionamiento porque la bandera norteamericana supuestamente flamea cuando no puede haber viento en la luna es rápidamente desacreditada por el hecho de que la bandera tenía un mástil superior que la mantenía desplegada y al haber poca gravedad se mantenía de esa forma. También se observa que todas las fotografías conocidas están perfectamente expuestas y encuadradas, sin tener en cuenta las miles que se desecharon.

El día que el hombre no llegó a la luna
Cámara Hasselblad 500EL Data, con óptica Carl Zeiss y cartucho de película de 70 mm, similar a las usadas por los astronautas del Programa Apolo.

Otro cuestionamiento es que en las tomas fotográficas no se observan estrellas, siendo que el cosmonauta ruso Yuri Gagarin había sostenido que eran tremendamente brillantes; pero para que quedaran registradas en los negativos se tendría que haber realizado una exposición superior a los 20 segundos.

Con respecto a las cámaras fotográficas, se sostiene que la pureza del oxígeno en el módulo lunar habría derretido la cubierta de las mismas, produciendo gases venenosos.  Aquí no se tuvo en cuenta que la empresa alemana Hasselblad diseñó aparatos distintos a los que normalmente comercializa. Fueron adaptados a las condiciones que se iban a encontrar en el espacio.

Existe medio centenar de cuestionamientos que pretenden poner en jaque la llegada del hombre a la luna. Todos y cada uno de ellos han sido demolidos con argumentos científicos elaborados y aceptados por profesionales que no necesariamente pertenecían al establishment aeroespacial norteamericano. Solamente el hecho de que la URSS no haya cuestionado nunca la veracidad de las misiones del Programa Apolo es un dato que debería valer por sí mismo.

El día que el hombre no pisó la luna
Harrison Schmitt, Ronald Evans y Eugene Cernan. Los últimos hombres que pisaron la superficie lunar.

Cabe tener en cuenta que la hipótesis general de las teorías conspirativas es que sucesos importantes en la Historia han sido controlados por manipuladores que organizan los acontecimientos desde “detrás de escena” y con motivos nefastos. A primera vista son impactantes y aparentan veracidad, pero siempre dejan un cabo suelto y necesitan del acuerdo de una multitud de personas que deberán guardar silencio durante toda la vida. Nunca nadie se resfría, ninguno se emborracha y habla de más. Sin lugar a dudas son fuente de inspiración para novelas y películas, pero no soportan un análisis moderadamente incisivo.

El día que el hombre no pisó la luna
¡Chaca Campeón!

Por ello es posible afirmar sin ningún temor que efectivamente el hombre llegó a la luna varias veces. Y que no volvió nunca más porque no hacía falta ir a la luna, o al menos no era (ni es) indispensable.

Tal vez sea más probable que lo que nunca haya ocurrido es que Chacarita salió campeón alguna vez.

 

nakasone