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Crónicas al Voleo

El Pequeño Nicolás, un gran simulador

El Pequeño Nicolás, un gran simulador
Por Germán Tinti (especial para Crónicas al Voleo)

El barrio La Prosperidad es el sector más humilde del distrito de Chamartín, en la zona norte de Madrid. Es el más poblado de la circunscripción, tiene la renta más baja del distrito y la mayor parte de la inmigración de esta zona. Está separado por la Calle del Príncipe de Vergara del barrio Del Viso, uno de los más exclusivos de la capital de España, donde se ubica –por ejemplo– el Estadio Santiago Bernabeu del Real Madrid.

En este sector creció Francisco Nicolás Gómez Iglesias en los albores de este siglo, compartiendo con quienes iban a la escuela pública en metro, pero observando e incluso alternado con aquellos que asistían a costosos colegios privados. Desde que tuvo uso de razón supo que quería pertenecer a este último círculo. Si no tenía los medios económicos, habría que buscar alternativas.

Y las encontró.

Lo primero fue vincularse a las Juventudes del Partido Popular, la expresión política de centro derecha que alterna el gobierno español con el Partido Socialista. En ese ámbito, Francisco Nicolás –un nativo digital– vislumbró la importancia de la imagen en tiempos de redes sociales y entendió que poner el ojo en este aspecto podría abrirle muchas puertas. Y vaya si lo hizo.

El Pequeño Nicolás, un gran simulador
Nicolás, junto a Mariano Rajoy.

La primera fue una junto al expresidente José María Aznar. No era la típica selfie del “fan” en medio de una apretujada multitud. Se trataba de una fotografía que los retrataba a ambos compartiendo mesa de expositores en una conferencia organizada por la Fundación FAES, un organismo íntimamente ligado al Partido Popular. Aznar habla y gesticula, Francisco Nicolás lo mira entre embelesado y relajado.

Como dice cualquier titulador de diarios digitales, la imagen “explotó en las redes”. Y después de ello nada volvió a ser igual en la vida de Francisco Nicolás Gómez Iglesias. Había nacido “el Pequeño Nicolás”, aunque la prensa lo bautizaría así recién algún tiempo después, cuando el castillo de naipes comenzó a desmoronarse.

Oh si, soy el gran farsante

Fingiendo que me va bien

Mi necesidad es tanta que aparento demasiado

Estoy solo pero nadie se da cuenta

A partir de entonces el ascenso fue meteórico. Y las fotos junto a personalidades públicas fueron sucediéndose. Deportistas, artistas, funcionarios nacionales y regionales, artistas… Francisco Nicolás se tomaba selfies con todo famoso que se cruzara. Y su trabajo consistía en cruzarse con famosos.

El Pequeño Nicolás, un gran simulador
La ya consabida foto. Esta vez con la Alcaldesa de Madrid.

En ese lapso se matriculó en la carrera de Derecho en el Colegio Universitario de Estudios Financieros (CUNEF), una de las instituciones más prestigiosas (y caras) de España. Aunque poco después se supo que un amigo lo había suplantado en el examen de admisión.

El zenit de su carrera de impostor fue cuando apareció entre los asistentes al acto de asunción del Rey Felipe VI en el Palacio de la Zarzuela, en junio de 2014. Entonces tenía 20 años y solamente habían pasado tres años de aquella foto con Aznar.

Oh si, soy el gran farsante

Un vago en un mundo propio

Juego mi juego pero para mi desgracia

Me dejaste para soñar solo

Pero como dice el poeta, una vez en la cima, solo queda ir cuesta abajo. Y en el caso del “Pequeño Nicolás” este axioma se hizo palmariamente real. A algún investigador de las fuerzas de seguridad le llamó la atención ver a ese joven con cara de niño angelical, sin ningún trabajo conocido, en notas gráficas de la prensa con tanta asiduidad. Y comenzó a hacer preguntas. En FAES dijeron no conocerlo. Consultado por la BBC, el portavoz de la fundación dijo que «este joven sí estuvo como asistente en un evento que fue liderado por el señor expresidente, pero nunca ha tenido una relación directa con la fundación, no hace parte del patronato, ni del directorio, ni tampoco es un empleado de FAES».

El Pequeño Nicolás, un gran simulador
En la asunción del Rey Felipe VI.

Ya con una causa a cargo de la Jueza de Instrucción número 24 de Madrid, los investigadores empezaron a tirar del piolín y el decorado empezó a desmoronarse. Según publicó el diario digital El Confidencial, Gómez Iglesias se hacía pasar como asesor de distintas entidades gubernamentales, como la vicepresidencia de Gobierno, para adjudicarse comisiones. Según este informe, con esa cara de niño se alzó con una comisión de 30 lucas verdes que le cobró a un empresario que quería vender un terreno en Toledo. De acuerdo al expediente, Francisco Nicolás dijo ser asesor de la vicepresidenta española, Soraya Sáenz de Santamaría y le sacó la plata al empresario prometiendo facilitar los trámites de la venta.

La situación se complicó aún más cuando la Justicia advirtió que el Pequeño Nicolás daba como su dirección el domicilio de Kyril de Bulgaria, un aristócrata de la ex república socialista, residente en España y que llamado a declarar dijo que no conocía a Gómez Iglesias.

El Pequeño Nicolás, un gran simulador
Nicolás, haciendo rostro en el palco oficial del Real Madrid.

A Francisco Nicolás Gómez Iglesias lo detuvieron el 14 de octubre de 2014. Si buen estuvo guardado solamente 72 horas, las actuaciones continúan. No queda claro si es un ladrón de guante blanco, un simpático vividor, un tipo peligroso o un brillante estafador. Llama la atención que nunca ocultó su identidad, por lo que mientras no se lleguen a probar los delitos que se le imputan (tráfico de influencias, presunta solicitud de sobornos, cobro de comisiones ilegales), se lo toma como un fabulador. Un “amable traidor” según diría Charly García.

Oh sí, soy el gran farsante

Riéndome y feliz como un payaso

Aparento ser lo que no soy, verás

Uso mi corazón como una corona

Fingiendo que sigues por aquí

Sigue siendo un personaje el Pequeño Nicolás. Aparece como panelista en programas de TV, anuncia su candidatura a algún cargo electivo y después se baja, funda un partido apoyado por un youtuber. Hay algo de brillo, pero la decadencia es inocultable. Que en 2016 haya participado en la versión Gran Hermano VIP es tal vez la más contundente confirmación de esto.

Al día de hoy, continúa dando vueltas por los medios ibéricos Francisco Nicolás. Se ha convertido en un personaje gracioso que siempre es bienvenido en los programas de televisión pero al que ya nadie toma del todo en serio. Quizás termine seduciendo a mujeres maduras, ricas, divorciadas y aburridas. En una de esas se dedique a hacer presencias en boliches. No debería sorprender que alguna vez sea candidato a algo y consiga una banca. Lo cierto es que ya es un ícono de estos tiempos en los que una persona puede hacer una carrera con la única virtud de entender cómo sacar el mejor partido de las redes sociales. Pero también es la confirmación de que el éxito y la fama conseguidos de esta manera son absolutamente efímeros.

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