Luis fue de esas personas que nunca habrían de pasar desapercibidas, actuara donde actuara. Podías amarlo, podías no quererlo, coincidir o discrepar con él, pero nadie se atrevería nunca a discutirle su trayectoria y su capacidad.
Multifasético, Luis fue locutor, periodista, empresario de los medios, funcionario público y creador de «Los Angeles Negros», la Defensa Civil de Alta Gracia.
Desde aquella mítica y heroica época de RA1 Radio Alta Gracia, cuando la ciudad de informaba a través de los cajoncitos con parlantes que se instalaban en los hogares y los comecios, Luque supo transitar de la mano del despertar tecnológico. Radio en frecuencia modulada, canal de televisión… fue cuando menos un pionero.
Dueño de un sentido del humor que no perdió hasta sus últimos momentos, Luis supo cosechar mil y una anécdotas que son y serán contadas por quienes lo conocimos, en cada reunión donde salga su persona y su figura como tema de conversación.
Y tal vez, querido Luis, de eso se trata la vida. De dejar en cada amigo, en cada persona que te haya conocido, un halo de magia que lleve a elevar a leyenda cada anécdota pasada. Dicen que uno no muere mientras haya alguien que lo recuerde. Y a Luis seguro lo recordaremos mucho tiempo.
Quedan mil historias, millones de emprendimientos, cientos de fotos, infinidad de imágenes. Quedan decenas de periodistas que alguna vez tuvimos a su lado la primera chance de hablar por un micrófono. Incursionó en la política, en el deporte, en el periodismo, en el servicio a la comunidad. No dejó sector sin cubrir, y en todos se hizo notar.
Hoy se fue porque no pudo esquivarle a una dura enfermedad que se lo llevó en poco tiempo. Queda su familia, queda su legado. Deja a sus muchos amigos. Que en paz descanses, querido amigo.