La inflación no es un fenómeno económico que solo impacte en los precios de alimentos o productos de limpieza, sino que también lo hace en el sector de los medicamentos, que ya aumentaron un 33% en lo que va del 2019. Este aumento tuvo un impacto directo en las compras realizadas por la población, las cuales se derrumbaron un 12% en el mes de mayo.
La caída en la compra de medicamentos significa que hay personas que, debido al alto costo, tuvieron que dejar de acceder a las medicinas recetadas para cubrir una determinada afección. La baja sustancial no es solamente en las farmacias, sino también en las compras mayoristas de los hospitales públicos y clínicas.
Según el relevamiento del Colegio Oficial de Farmacéuticos y Bioquímicos, el que más aumentó en el 2019 es el acenocumarol –medicamento anticoagulante– con un 33%; seguido por la levotiroxina–medicamente utilizado para el tratamiento de tiroides– (28%); la hioscina –indicado para tratar espasmos gastrointestinales– (27%); la metformina –utilizado en conjunto para tratar la diabetes tipo 2– (23%); y la hidroclorotiazida –medicamento de hipertensión arterial y edemas– (22%).
Esta situación constituye un daño para un estrato de la población -en especiales adultos mayores- que muchas veces se ven imposibilitados de hacer frente a los incrementos, en un contexto macroeconómico en donde la inflación no da tregua.
