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La identidad de los pacientes positivos: dos opiniones instaladas en la sociedad

En la sociedad hay quienes opinan a favor y en contra de dar la identidad de los pacientes. Opinan profesionales de distintos ámbitos.

El tema de la pandemia por el COVID-19 da lugar a tema colaterales, que no hacen más que aflorar las diferencias de opinión que los argentinos tenemos en cada uno de los temas que van surgiendo en nuestro día a día. El de pretender conocer la identidad de los pacientes positivos es uno de ellos.

Solo que en este asunto, lo que está en juego es importante. Existe una emergencia sanitaria y se escuchan las voces de los vecinos. La identidad de los pacientes que han dado positivo del virus ha sido resguardada por las autoridades y ninguno de sus nombres ha trascendido a partir de informes oficiales.

La noticia publicada ayer por AGNoticias sobre la aparición de un nuevo caso positivo, en una persona internada en el Sanatorio Alta Gracia, volvió a disparar la polémica.

Ello ha motivado que buena parte de la población reclame conocer quiénes son los afectados por la enfermedad y casi que exija que se de a conocer su identidad. «Estamos en una ciudad chica, donde tenemos contacto con mucha gente y yo necesito saber si directa o indirectamente pude haber estado con una de las personas que han dado positivo o con alguno de sus familiares o personas cercanas», argumentan quienes defienden esta posición.

Por su parte, otro amplio sector de la sociedad opina lo contrario: «dar los nombres significaría estigmatizarlos, son personas que han enfermado, no son delincuentes para que se los apunte con el dedo», indican éstos.

AGNoticias decidió tocar el tema con especialistas de distintas área para conocer desde diferentes ángulos profesionales qué es lo más indicado para esta situación. Por ello, consultamos a un psicólogo, una abogada y un médico.

El tema desde la psicología

Consultamos al Dr. José Luis De Cerchio (Psicólogo MP 2857), quien opinó lo siguiente:

«Como reflexiones que me surgen desde la salud mental, me parece importante trabajar sobre otros males, y tal vez, más graves, vinculados al Covid-19. En primer lugar el pánico, la paranoia, o el duelo a veces por la pérdida de aparentes seguridades que nos hacen sentir omnipotentes. La necesidad de reparar el daño principalmente al cuerpo social que produce esta pandemia y de las representaciones que genera. El aislamiento, la reclusión obligatoria, medidas que son necesarias, han producido un deslizamiento donde el agente infeccioso deja de ser el virus para pasar a ser el semejante.

La necesidad de saber la identidad del enfermante, de señalarlo, de culpabilizarlo por hacernos perder nuestra aparente seguridad sanitaria, donde el peligro pasa a ser el “otro”, el “ de afuera” sea un semejante, o un grupo social, puede convertirse en la enfermedad más peligrosa que el mismo virus. Un tema de salud pública, es revisar esos discursos que siempre han sido antesala de proyectos autoritarios que limitan nuestras libertades.

La acumulación indiscriminada de productos higiénicos y alimenticios, en relación a un cuidado egoísta, las formas rígidas en la restricción de los intercambios sociales, pueden ser un corolario de ciertas conductas, donde el otro, sobre todo de modo paranoico, se reduce a ser meramente peligro de contagio.

Deberíamos intentar desarmar estas conductas que llevan a una mayor fragmentación del tejido social. La solidaridad y el cuidado colectivo consiste en ser el efectivo agente de salud con respecto al semejante, en un esfuerzo que apunte a la recomposición de las redes necesarias para la protección de aquella población que se encuentra auténticamente en riesgo»

Opinan desde la medicina

En este caso, el consultado fue el Dr. Justo Vicente Cerezo (MP 17377), quién dio su opinión desde su función de profesional de la salud:

«Ante la consulta sobre si es necesario o conveniente dar los nombres, la identidad, o informar sobre un probable positivo de la pandemia que nos está afectado a todo el mundo. En mi caso, trabajo en el ámbito de la medicina privada. Si a mí, en mi consultorio llega un paciente con muchas características, todos los síntomas y antecedentes, lo derivo al Hospital Rawson (era antes de la cuarentena). Allí termina mi intervención.

Como ética profesional, lo que ocurre dentro del consultorio es secreto profesional. No puedo decir nada. En Salud Pública, hasta donde yo veo, los profesionales no pueden salir a decir públicamente a la gente los nombres. Lo que sí, deben saber el movimiento, el alrededor, los parientes y convivientes del paciente con positivo. Ellos deben saberlo y seguir a esas personas.

Hay estudios hechos que un paciente que está positivo y anda caminando, contagia en dos días a 300 personas. Si está con síntomas y hace mediana cuarentena, o sea que se queda un poco en su casa y sale de vez en cuando, contagia a 150. Y si hace la cuarentena entera y no sabe que es positivo, contagia en su casa a 4, pero esos cuatro, en dos días contagian a 300 más.

En estos casos de pandemia, que es algo excepcional, el servicio de salud tendrá que hacer un seguimiento exhaustivo e investigar a cada persona que estuvo en contacto con el paciente positivo. Pero no pasa por publicar los nombres ni decirlo por la radio.Por más que algunos vecinos digan, no debe ser así. Cada uno debe tomar sus cuidados».

Hay dos corrientes de opinión instaladas en la sociedad. Opinan profesionales de distintos ámbitos.

El punto de vista de la abogacía

Para tener el punto de vista del Derecho, consultamos a la Dra. Heliana Ortiz, quien se manifestó al respecto:

«Legalmente no corresponde publicar la información personal de las personas contagiadas por el coronavirus. Más allá de una cuestión ética y moral, porque se puede estigmatizar a esa persona, también está lo legal. Un paciente está en condiciones legales de iniciar acciones judiciales a un medio de prensa y a cualquiera de los profesionales médicos que hubieran intervenido en su tratamiento.

Su enfermedad debe estar su historia clínica y ello es una cuestión privada de cada persona. Eso se contempla en la ley de los derechos de los pacientes. La ley habla de intimidad y de confidencialidad. Además, hay un acuerdo internacional suscripto por la Organización Mundial de la Salud y la Organización Panamericana de la Salud que dice que en casos de pandemia se debe resguardar la identidad de las personas contagiadas.

Si bien las normativas hablan del personal de salud afectado al paciente, considero que esto debe trasladarse a los medios de comunicación y al resto de la sociedad».

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