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Economía

La pandemia del coronavirus y la economía mundial

La palabra recesión se instaló en la economía internacional y el mundo se enfrenta a un escenario sin precedentes. El coronavirus se expandió tan rápido a nivel mundial que puso a la economía de rodillas.

Millones de personas están cayendo gravemente enfermas a causa del coronavirus, por tal motivo los dirigentes de grandes naciones decidieron acatar la cuarentena, se cerraron fronteras y se restringieron actividades. Las sociedades están en crisis y las economías están en picada debido al cese en las actividades. En otras palabras, se paralizó el mundo.

Un cambio en el paradigma económico

A nivel mundial debemos responder de manera resuelta, innovadora y conjunta para suprimir la propagación del virus y abordar la devastación socioeconómica que el coronavirus está causando en todas las regiones.

La respuesta deberá ser en gran escala, coordinada y amplia, en correspondencia con la magnitud de la crisis, y guiarse de entidades pertinentes desde el ámbito de la salud y la economía. Dicha respuesta, también deberá ser multilateral, de manera que los países se muestren solidarios con las comunidades y naciones más vulnerables.

En otras palabras, debemos ver a los países no solo unidos para vencer al virus, sino también para hacer frente a sus profundas consecuencias socioeconómicas.

Ello significa diseñar políticas fiscales y monetarias capaces de apoyar la provisión directa de recursos para apoyar a los trabajadores y los hogares, la provisión de seguros de salud y de desempleo, el aumento de la protección social y el apoyo a las empresas para evitar las quiebras y las pérdidas masivas de puestos de trabajo.

En palabras de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) lo que se necesita es una respuesta multilateral en gran escala, coordinada y amplia que ascienda al menos al 10 % del producto interno bruto mundial. Los países desarrollados pueden hacerlo por sí solos, y algunos ya lo están haciendo.

La economía mundial atravesada por el coronavirus

Las grandes potencias mundiales entraron en una debacle económica que se acrecenta con el avance del coronavirus. Hoy, Estados Unidos, es el país con mayor cantidad de infectados en el mundo, seguido por España e Italia.

Entre los principales datos se encuentra que la compañía Goldman Sachs sacó un pronóstico en el que dice que el producto interno bruto de Estados Unidos va a caer en un 5% en términos reales en el segundo trimestre del año. A nivel mundial, en cuanto a lo financiero, estamos viendo una caída en las acciones en la gran mayoría de las bolsas en el mundo y en los bonos.

«Los argentinos prefieren la pobreza»

A fines de enero de este año, el periódico estadounidense The Washington Post emitió una dura crítica sobre Argentina:

«La Argentina no tiene un problema económico o social o político. Tiene un problema médico; un problema de orden psicológico profundo que le impide resolver lo que no son otra cosa que los efectos de esa causa madre. Que un país viva en conflicto por lo que son las consecuencias de sus preferencias libres, constituye una dificultad de tal magnitud que, sinceramente, no sé si la cuestión tiene solución”, inició el editorial.

«[…] ¿Qué es lo que los argentinos secretamente prefieren y contra lo que luego se enojan cuando efectivamente esa preferencia se materializa? Esa preferencia no es otra que la pobreza: los argentinos prefieren la pobreza. Por supuesto no van a admitirlo a viva voz» afirmó el periódico.

A casi dos meses de tal publicación, la pandemia pareciera demostrar que el mundo está en igualdad de condiciones: las grandes economías están colapsando y los países emergentes luchan contra corriente para salir a flote y superar la crisis que llegó de la mano del Covid-19.

En una entrevista con Clarín, Leonardo Leiderman -profesor de Ciencias Económicas de la universidad de Tel Aviv- sostuvo: «La política económica en este momento, en casi todos los países del mundo se está movilizando para tratar de contrarrestar los efectos recesivos del coronavirus. Sin ninguna duda no hay ninguna política fiscal o monetaria o política macroeconómica que va a poder frenar el problema médico pero por lo menos tratar de aliviar los efectos en la economía real. Lo que está claro en todo este mundo es que las próximas semanas, los próximos meses van a ser meses de gran incertidumbre y gran volatilidad económica».

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