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Llora el fútbol: murió René Houseman

Loco, irremediablemente loco. Pero loco lindo, divertido. Querible. Villa, auténticamente «villa». Era capaz de dejar la comida caliente y nutritiva de una concentración para ir hasta el almacén de la esquina y encargar un sánguche de mortadela.

Inolvidable, como todos los de su casta; jugador increíble, wing de los que ya no existen, gambeta indescifrable para todo marcador. Pesadilla de arqueros.

Hincha fanático de Excursionistas, por más que los quemeros les duela. Sin embargo, ídolo en el Tomás Ducó. Y en el Monumental. Y en la Bombonera, y….

El loco René Orlando Houseman fue un producto genuino de un fútbol que le estaba dando sus hurras al profesionalismo romántico y entraba definitivamente en la era superprofesional.

Su vida fue turbulenta. Los excesos hicieron que a veces saliera en la sección de noticias donde no se merecía salir. Y así y todo, el país futbolero lo siguió amando.

Hoy, a los 64 años, el querido Loco Houseman hizo su último pique por la punta derecha. Eludió a un defensor, y encaró hacia el arco. Cuentan que en el cielo lo estaban esperando, con los brazos abiertos, porque hacía falta un wing con gol. Y allá fue.

Que en paz descanses, Campeón. Y gracias por habernos hecho disfrutar y querer este hermoso deporte llamado fútbol.

nakasone