Al entrar a la enorme sala del Cine Monumental, uno como que va ingresando a un baúl de queridos recuerdos. Haberlo conocido en sus buenos tiempos, verlo agonizante, moribundo años más tarde, y observarlo ahora, remozado, renacido de sus escombros, es algo fantástico.
El Intendente Facundo Torres y sus funcionarios decidieron que la ciudad conociera a través de la prensa, cómo marchan las obras de lo que se convertirá en pocos meses más en un polo cultural de enorme magnitud para la ciudad, y para la provincia.
En la recorrida, pudieron observarse -por ejemplo- el trabajo de restauración realizado en las 700 butacas originales que, como uno de los testimonios del pasado glorioso de la sala, se reinstalaron. O las adecuaciones a las necesidades y exigencias de estos tiempos de las viejas estructuras, sin que ello signifique perder el encanto de otrora ni la línea arquitectónica que tuvo una edificación pensada y realizada a lo grande, hace ya más de sesenta años.
Los detalles técnicos de la obra, tal vez puedan abrumar y abundar en cifras o cuestiones que sin dudas quedan por detrás de la importancia en sí que significa recuperar el Monumental para la cultura y el arte de una ciudad que históricamente hizo gala de sus virtudes en estos ámbitos, y que paradójicamente se fue quedando sin salas donde ejercerlas.
Será Teatro Monumental Sierras («no está pensado como cine», dijo el intendente), porque está concebido como un centro cultural que tendrá una gran sala para más de 700 personas, que podrá utilizarse junto con el paraíso con otras 450 ubicaciones más; un paraíso que podrá funcionar como sala independiente, con escenario y sonido propio; con un foyer donde realizar muestras, exposiciones, charlas y todo tipo de realizaciones culturales; con espacios de distintas dimensiones para ser utilizadas como salas de conferencia. Allí, se espera poder reunir la actividad cultural y artística de la ciudad.
«El concepto es que esta estructura tenga vida todo el año. Que en verano, vacaciones o fechas especiales pueda ser utilizada por los grandes espectáculos, pero que durante todo el año lo utilicen los artistas locales, los colegios, los talleres artísticos, aquellos que quieran exponer. Que esté con gente y con actividad todo el año y que signifique un ámbito propicio para que desarrollen sus actividades los artistas locales», agregó Facundo Torres.
Lo moderno, lo práctico, lo seguro, lo confortable, estará conviviendo con lo histórico, lo tradicional, con el espíritu mismo de una sala que fue señera en Latinoamérica y que está volviendo a la vida luego de un largo y triste letargo.
