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Objetivo Rusia: rodear de fútbol a Messi

Por Gustavo Gutiérrez

Pasó el recreo ante Haití, que sirvió para dibujar una sonrisa. Messi diez hizo todo. Goleada y después ilusión.

¿Cómo se hace para jugar con el mejor del mundo? Lo tenés a Messi, ganaste la pisadita en el potrero, elegiste… ¿y ahora? El diez resuelve todo. Te deja parado si osás marcarlo. Aún conserva ese pique corto que sigue siendo desequilibrante a pesar del paso de los almanaques, y le pega de una -generalmente abajo, a la ratonera, como diría Frascarita en El Gráfico de la década de los sesenta. Ahí abajo duele, porque a los arqueros los agarra siempre caminando. El zurdo, de pelota quieta, es el terror de los Kairus, y de los otros también.

Pero estamos hablando de sus cualidades individuales. Pero, ¿quién le hace la gamba? ¿Quién le devuelve el pase? ¿Quién se mueve para que genere el espacio? ¿Quién toma la posta cuando él decide «me planto»? Estas son respuestas de equipo, o lo más parecido a ello. O deben serlo.

Parece ser que Don Sampa eligió Lo Celso por encima de Banega. Ha tenido más minutos de titularidad en el París Saint Germain, tiene personalidad para conducir, aunque debe corregir esa tendencia a largarla rápido sin destino cierto; a veces la pelota le quema, y casi nunca le tiene que quemar. Banega tiene más experiencia pero también es una caja de pandora por su inestabilidad mental. El otro nombre es Lanzini; parece automatizar esto de la diagonal desde la derecha hacia el medio para decirle al diez «anotame como tu amigo».

Después, Di María tan obcecado por la raya como turbulento. ¿Y si se recuesta y hace también la diagonal hacia adentro, como en Ecuador? En ese momento, cuando estábamos con la soga al cuello, Di María se vino al medio y Messi tuvo un socio inesperado.

Después, cierra la lista un crack como el Kun Agüero. ¿Será ésta, Kun? ¿Será esta? Porque parece que juega de memoria con Leo, y lo que éste necesita en materia de diálogo, de espacios, de cambio de ritmo, el Kun casi siempre lo tiene. Claro, a veces desaparece del partido, y no sé si se da cuenta, y no sé si él tiene la obligación de ser un jugador importante. A veces me da la impresión que se queda piola con lo que tiene. Es cierto, ahí en esa zona de fuego que va de Messi a Agüero, se define todo.

No tenemos ni a Busquets, ni a Xavi, ni mucho menos a Iniesta. No lloremos más, son lágrimas de cocodrilo. Es lo que hay: el Club de Amigos… bien entendido, incluye como certezas a Lo Celso, a Lanzini, a Di María y Agüero. ¿Alcanza? ¿Se puede sumar Pavón para que juegue por derecha y Di María por izquierda, para tener una chance de tener juego también por afuera? Pavón a la hora de gambetear, siempre levanta la cabecita y oh! a veces lo ubica a Messi. Para que el diez definitivamente comience a sentir que no toca solo, que comienzan a subirse al escenario otros instrumentos, que el pase será definitivamente una intención de asociación.  Que a Messi no lo van a dejar librado a su suerte.

Decime que por lo menos cuatro, por lo menos cuatro te van a hacer la gamba, Leo. Al  menos decímelo, por favor.

nakasone