Una de cal y otra de arena. Ayer nomás hacíamos referencia a la excelente noticia que daba cuenta que el Jardín de Infantes Gobernador Amadeo Sabattini había sido recategorizado y que desde ahora es uno de los tres establecimientos de Primera Categoría que tiene la ciudad.
Hasta allí, todo bárbaro. Alegría, satisfacción y tranquilidad por saber que las cosas se están haciendo bien en el Jardín y que eso redunda favorablemente en la comunidad.
Pero la otra cara de la moneda la muestra una realidad que ve cómo el patio del Jardín fue literalmente destruido por una empresa constructora, y que los trabajos quedaron en la nada absoluta.
A principios de año, el Jardín Sabattini celebró que le iban a construir dos aulas para contener en forma más plena a los cientos de niños que concurren diariamente al establecimiento.
La llegada de los obreros fue aplaudida y todos contentos. Colocaron una media sombra para resguardar a la gente de los trabajos de albañilería, sacaron de raíz dos árboles, desarmaron el patio de juegos de los niños, sin querer rompieron (gajes del oficio) dos tapas de cajas de inspección de desagüe, derribaron una pared para que los niños pudieran ingresar a la aulas por otro lado… en fin. Todo sea por las obras tan necesarias que estaban por comenzar.
El problema es que aquella obra, que se anunció con un plazo de ejecución de 3 meses, finalmente nunca se concretó. Lo que era el patio de juegos de los niños (lugar previsto para construir las dos aulas) quedó arrasado cual sitio bombardeado, y hace unos días, se le comunicó oficialmente al Jardín que la empresa contratista (Escala Construcciones S.R.L.) sencillamente «no realizará la obra prevista».
Así de simple. Así de duro. No sólo se juega con la ilusión de los niños y de la comunidad educativa. Se pone una vez más en juego la credibilidad de anuncios que terminan pareciendo más declamaciones de campaña que voluntades concretas de realización.
Conclusión: hoy los 165 niños que concurren al Jardín deben entrar por una abertura de pared derribada, deben ingresar y salir del Jardín por solamente dos puertas que pertenecen a aulas, el patio quedó en ruinas, los árboles arrancados de raíz, y los lamentos de toda la comunidad educativa.
¿Quién responde por ésto? Alguien, en algún estamento oficial debiera tomar el testimonio y hacerse cargo de todo esto y darle respuestas a la gente. Desde Gobierno aseguran que la partida monetaria para el trabajo, «está». Pero solo eso. Por ahora, de la empresa constructora solo se recibió la promesa de que «pronto iremos a arreglar lo que se rompió por la obra».