El gabinete liderado por Mauricio Macri teme perder por 4 o 5 punto frente a la fórmula Fernández-Fernández en las PASO del 11 de agosto. Este escenario electoral que no favorece al binomio Macri-Pichetto se debe al malestar de la clase social media, baja, pymes e industrias que se ven arrastradas por la crisis económica que atraviesa el país.
Desde el equipo de presidencial intentan revertir esta situación apelando al apoyo de los sectores anti-K, por lo que la agenda del mandatario nacional está siendo organizada en torno a las negociaciones con peronistas no Kirchneristas para intentar la reelección de Macri en un eventual balotaje.
La primera cumbre de Juntos por el Cambio será el 10 de julio en en Parque Norte con todos los candidatos del país encabezados por Macri-Pichetto.
La fórmula renovada del ex Cambiemos se mostrará en algunas de las ciudades más importantes. Sobre el cierre, antes de las PASO, visitarán Córdoba.
Mientras tanto, Pichetto intentará atraer peronistas anti-k, recorriendo las provincias con mayor voto peronista.
El gobierno admite que ve “complicado” el humor del electorado en lo que respecta a materia económica. Sin embargo, el cálculo que hacen cerca de Macri es que, con las medidas que ya lanzó la Casa Rosada para impulsar el consumo interno (como la ampliación de los planes Ahora 12, créditos de ANSES a sectores vulnerables, clase media, pymes y comercios) el poder adquisitivo de los salarios mejorará y muchos votos se podrían dar vuelta en las PASO.
El gabinete nacional tiene actualmente todas sus fichas puestas en enaltecer el acuerdo realizado por el Mercosur y la Unión Europea, apuestan a que las negociaciones por el libre comercio reviertan la mala percepción y el rechazo que sufre la fórmula Macri-Pichetto.
Antes de las elecciones, el Gobierno solo tomará medidas para impulsar el consumo interno, para frenarlas críticas por la crisis y pondrá como eje de sus ataques a la candidata a vicepresidenta Cristina Kirchner.
