En esta segunda edición de Más Allá de la Pelota, estuvimos conversando con Juan Cruz Komar, futbolista de Talleres, que se desempeña como defensor central. Nacido en Rosario, con apenas 22 años Juan Cruz es un apasionado e interesado por el mundo de la política y está permanentemente involucrado con las acciones sociales que tanto le preocupa.
Surgido del club rosarino Renato Cesarini, Komar hizo inferiores en Boca hasta debutar en primera (fueron cinco años en los que perteneció al club xeneize), club el cual lo cedió a Talleres seis meses, para que finalizado el préstamo el Matador terminara confirmando la transferencia por la compra del 50% del pase. En esta entrevista conocerás todos los detalles de su afinidad y conocimiento por fuera de lo netamente deportivo:
¿Cómo fue que incursionaste en las acciones sociales y el mundo de la política?
Es una mezcla de varios factores, el principal que me condiciona es lo que fui tomando de ejemplo de mis viejos, mi familia, de los amigos que tuve y elegí. Después, también hay una necesidad personal que nace dentro mio cuando visualizo situaciones que considero críticas.
¿Qué opinión tenés con respecto a la actualidad del país?
A grandes rasgos lo que vemos todos, una situación del país delicada, donde se esta cercenando un montón de derechos, sobre todo de las clases más vulnerables y más necesitadas en favor de los poderosos. Esto se traslada en el desfinanciamiento de las universidades públicas (recorte en obras y becas), recorte a jubilados y docentes, la crisis cambiaria que afecta a los trabajadores y los despidos. Son cuestiones que me van viniendo en la cabeza que hemos vivido en estos casi tres años que son realmente lamentables.
¿Por qué el futbolista promedio no se involucra en la realidad donde vive?
Es una cuestión estructural y es lo que fomentan los personajes que manejan el fútbol. Les conviene tener futbolistas con esta fisonomía, porque no me parece que sea una despreocupación consciente. No es que «conozco la realidad, la esquivo y no opino», sino que es desconocimiento, es desnaturalizar una realidad que viven sus familiares o amigos ante una situación económica diferente que vivimos los jugadores de fútbol.
De igual manera, me parece que esta tendencia de no meterse en la política por parte de los jugadores, responde y reproduce lo que hace gran parte de la sociedad. No es solamente el futbolista. La diferencia es que estamos más visibilizados y por ende damos cuenta que el número que opinan es escaso, pero en relación con respecto a otras profesiones no es una excepción.
¿Alguna vez te recriminaron desde la dirigencia o los medios de comunicación por tu accionar social?
No, desde la dirigencia me dan mucha libertad. Nunca me han planteado nada. En cambio en los medios escucho comentarios de «¿por qué se mete, si juega al fútbol?». Me parece totalmente absurdo y me río. Yo soy futbolista y puedo opinar como cualquier persona. No tiene sentido y lógica, lo paso de largo.
Tuviste la oportunidad de viajar a Jerusalén, ¿Qué tal fue la experiencia?¿Cuál fue el motivo para conocer Israel?
Hace bastante que sigo la causa Palestina, lo que sufre ese pueblo con la ocupación, colonización e invasión de Israel. Entonces, no quería quedarme solamente en el conocimiento a través de portales de noticias y redes sociales, sino deseaba pisar el territorio y vivenciarlo con los locales. Vivir una situación totalmente invisibilizada con una falta de derechos muy grande. Fue muy gratificante las relaciones que construí con los palestinos, porque pude derrumbar un estereotipo que tenemos en el occidente de los árabes como terroristas, como sanguinarios, como deshumanizados y que al contrario son gente hospitalaria, muy cercana y amable. Fue un viaje con varias aristas y que se puede analizar desde diferentes posturas porque las ciudades que visité viven en contextos muy diferentes. En algunas el entorno es más violento que otras. Mientras que en una vivís como un ciudadano de segunda, en otras vivís encerrado entre muros y hay francotiradores que bajan gente.
¿Militás en alguna agrupación/asociación política?
Hoy no estoy militando con ninguna organización. Se disolvió la agrupación en la que militaba junto a compañeros/as en Villa Boedo. Sigo acompañando y tengo muy buena relación con la gente de «La Poderosa», constantemente voy a Yapeyú o a Cortadero donde hay diversas actividades y después me hago presente en el día a día en marchas por protestas en contra de la crisis actual del país.
En un futuro, ¿Tenés en mente dedicarte a otra profesión por fuera del deporte?
Voy a empezar el año que viene a estudiar Derecho. Sin embargo, todavía no se para donde me va deparar el camino, se que seguramente voy a estar ligado a cuestiones políticas después de mi carrera. No se en que formas, es difícil idealizarlo o imaginarlo hoy, porque hay muchas vicisitudes en el camino que pueden derivar a otras opciones. No lo planifico, pero quiero que cuando llegue el momento de dejar el fútbol esté lo mayor formado posible para encarar como continua mi vida.
Si tuvieras que decirme un referente con el cual compartás sus ideales, ¿Cuál sería?
El máximo referente mío es el Che Guevara, más que nada por su accionar. En cuanto a la lectura me gusta Eduardo Galeano, me parece lo más representativo de Latinoamerica.
¿Leés mucho en tu tiempo libre?
No tanto, es algo que estoy tratando de fomentar. Soy un poco víctima de esta realidad de las redes sociales y las series por eso no leo todos los días, pero últimamente lo he intentado cambiar, sabiendo que la lectura es muy útil y necesaria y más todavía si pienso arrancar a estudiar el año que viene.
Para finalizar… ¿Qué es lo que más te atrae de Talleres?
La ciudad de Córdoba me gusta sin dudas. Tiene similitudes con Rosario, en el hecho de que son grandes ciudades, donde tenés mucho para hacer como actividades culturales, pero sin la locura y el tamaño de Buenos Aires. Me sienta cómodo. Con respecto al club, siempre me he sentido muy a gusto, tengo muy buena relación con mis compañeros e incluso dirigentes que no es fácil generalmente. Eso da mucha comodidad e invita a seguir.
Por Mariano Zuain
