Comenzó la época de mayor asistencia a piletas, ríos o mares y es necesario tener presente diferentes medidas de precaución para evitar accidentes con los niños y niñas.
Desde la Dirección de Maternidad e Infancia recomendaron principalmente siempre estar atentos, ya que el agua es un gran atractivo para los más chicos.
En cuanto a su cuidado, la especialista Teresa Arinci, del área de Salud Integral del Niño, aclaró que la idea no es generarles miedo sino, “acompañarlos a disfrutar del agua sabiendo cómo cuidarse: no se trata de asustarlos sino de enseñarles que pueden explorar y jugar sin correr riesgos”.
Otra de las medidas preventivas es que antes de que los niños ingresen al agua, deben entrar los mayores para reconocer y despejar peligros, comprobar la profundidad y la fuerza de a corriente.
En la misma sintonía, recomiendan no confiarse de los flotadores, ya que pueden pincharse y no sostienen la cabeza del niño fuera del agua. Los dispositivos más apropiados son los chalecos, que deben tener broches seguros y correa en la zona inguinal.
En ríos o mares, los niños menores de dos años solo deben permanecer en la orilla y sujetos en todo momento por un mayor. Marcela Yanover, directora de Maternidad e Infancia, señala: “Un niño pequeño puede ahogarse en pocos centímetros de agua, y en muy poquito tiempo; por eso es necesario no perderlos de vista en ningún momento”.
En cuanto a piletas domiciliarias, deben estar protegidas siempre por un cerco que las rodee por completo con una altura mínima de un metro. No se deben dejar sillas a la orilla ni nada que los chicos puedan usar para treparse.
Finalmente, es necesario aclararle a los más pequeños que en el caso de que un niño esté en problemas en el agua, los otros niños, deben pedir urgente ayuda a un adulto y no intentar salvarlo ellos. Además pedirles especial atención a resbalones que puedan suceder alrededor de la pileta.
