El fallecimiento de Pablo Rielo, intoxicado según los primeros informes médicos, dejó nuevamente en el centro de la escena a los espectáculos nocturnos en la ciudad de Córdoba.
La víctima, oriunda de Rosario y de 35 años, asistió al espectáculo que brindó el DJ Hernán Cattáneo en Forja, en la noche del sábado, y murió en las primeras horas del martes en el Hospital de Urgencias, donde pasó con muerte cerebral los últimos días.
Los relatos que surgen de los trágicos momentos lo ubican pasadas las 2 de la mañana, en las afueras del complejo, anticipando un malestar, y recibiendo atención médica recién dos horas después, pese a comunicaciones de vecinos.
Por caso Gastón, un vecino de la zona de barrio Talleres que ya declaró en la Unidad Judicial, dijo que permaneció todo el tiempo junto a él y que estaba “consciente”, pero remarcando que “no se sentía bien”.
En diálogo con el programa Crónica Matinal, narró: “Estábamos en la puerta de mi casa con mi mamá y se acercó a nosotros. Llamamos al 107, donde nos dijeron que no lo podían atender porque no era un accidente de tránsito, y después al 101. Un móvil de la CAP (Comando de Acción Preventiva) se negó a llevarlo y un patrullero, que intentó hacerlo, no pudo”.
Mientras llovía, Pablo permaneció en la vía pública y desde los cuerpos médicos en el interior de Forja se negaron a atenderlo. “Lo ví tambaleando. Hablé con él, me dijo ‘Soy un pelotudo, tomé una pastilla de éxtasis. Me siento mal, me voy a morir, quiero ver a mi mamá’. Con el paso del tiempo se fue desplomando” dijo Silvia, una cuidacoches.
